Una Ciudad desigual

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La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el distrito más rico del país, al que además se le han sumado millonarios recursos a través de un acelerado proceso de endeudamiento externo desde las gestiones de Mauricio Macro, línea económica continuada por el actual Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. Pero a pesar de esos recursos, la ciudad ha avanzado en una dinámica de desigualdad y empobrecimiento, con aumentos significativos en las tasas de desempleo y de mortalidad infantil, ambos claramente diferenciados en una división norte/sur.

El reciente informe “La Ciudad en deuda”, elaborado por el Centro de Estudios de la Ciudad, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y coordinado por los investigadores Camila Baron, Inés Albergucci y Agustín Mario, analizó datos ciudadanos desde 2007 y confirmó que a pesar del endeudamiento extraordinario todas las variables sociales de CABA han empeorado en las dos gestiones de Macri y la actual de Larreta.

Durante las gestiones de Macri la deuda ciudadana se multiplicó por cuatro y en la actual gestión de Larreta los intereses y servicios de deuda alcanzaron su punto históricamente más alto, llevándose el 12,2% del presupuesto total de gastos de la ciudad en 2016. Además, según el análisis de la economista Camila Baron, el creciente endeudamiento no se destinó ni a remediar la desigualdad social ni a obras de infraestructura: “La especulación financiera fue durante años el motor del endeudamiento bajo pretexto de que había mucho margen para hacerlo. Igual argumento que se utiliza hoy para justificar la deuda a nivel nacional”. La investigadora denuncia no sólo “refinanciamientos poco convenientes que llevaron a pagar tasas de interés récord, completamente alejadas de las tasas de mercado” sino que en muchos casos esos fondos destinados a obras de infraestructura “terminaron abonando negocios de carácter privado”.

Según detalla el informe de Ana Fornassero, publicado hoy en Página 12, la Legislatura de la Ciudad, dominada por Cambiemos, viene rechazando sistemáticamente la conformación de una comisión de seguimiento de la deuda. Baron concluye: “La ineficacia y los desvíos en el manejo de los fondos hacen necesaria la existencia de herramientas que permitan la fiscalización y el control de gestión por parte de las y los habitantes de la Ciudad, que son finalmente quienes se ven a diario afectados por la pérdida de recursos públicos que se destinan al pago de intereses por la falta de control”.

Inés Albergucci, trabajadora social, explica que la ciudad se encuentra claramente dividida en un eje norte/ sur y que nacer en uno u otro lado implica diferencias claras en cuanto a perspectivas de empleo, de acceso a la vivienda propia e incluso en cuanto a expectativas de vida (en zona sur es de ocho años menos que en el norte). También el impacto de la desocupación se expresa de forma claramente diferenciada y su incremento desde 2016 muestra un contraste notable, en el que el sur más que duplica el desempleo del norte: 16,9% contra 7% (a nivel nacional el Indec fijó el desempleo en un 8,7%). La tasa de desocupación también se diferencia, a su vez, si se hace un corte por género, siendo mucho más difícil para las mujeres conseguir trabajo que para los hombres.

Otro tema en el que se evidencia claramente la desigualdad es el de la vivienda. La Comuna , en el centro porteño, concentra los mayores niveles de viviendas desocupadas y los mayores niveles de hacinamiento de la ciudad (22,4 por ciento de los hogares). Según la investigación de Albergucci, el esfuerzo que debe hacer una familia para acceder a una casa propia es de 20 años de sueldo total en la zona sur de la Ciudad mientras que en el norte alcanzará con apenas 15 (el contraste es aún más notable cuando se considera que el valor del suelo en el sur puede ser hasta un 60% menor).

La tasa de mortalidad infantil (que inéditamente aumentó en 2016 del 6 al 7,2 por mil) también queda claramente cruzada por la ubicación geográfica. En el norte murieron en promedio durante 2017, 5,4 niños por cada mil nacimientos, mientras que en el sur la cifra trepó a 8,3. El las comunas 4 y 8 el promedio fue de 10,4 y el 10,3, respectivamente, una tasa comparable con la de Túnez.

En educación también se constatan las mismas diferencias, con distritos escolares sureños que concentran los mayores problemas de superpoblación, falta de vacantes y falta de escuelas de jornada completa, además de una población escolar con altísimos porcentajes de necesidades básicas insatisfechas. Lógicamente, esos distritos son los que registran los peores indicadores en las evaluaciones educativos: mayores porcentajes repitentes, mayor sobreedad y abandono escolar.

En el informe citado, el investigador y docente Agustín Mario destaca que el ingreso promedio también creció de forma muy desigual según esta distribución geográfica, aumentando más en la zona de mayores niveles de ingreso  y menos en el sur, zona de menores niveles de ingreso. Sin embargo, también se registra un fuerte incremento de la pobreza extrema en la zona norte de la ciudad durante 2017.

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