LÍNEA 187

0 100

Buenos Aires Sos.- Diciembre 2008.- (Por Hernán Torrado). Tomesé cualquier calle de Buenos Aires, Quintino Bocayuba, por ejemplo. Si usted la sigue en un sentido determinado, en algún momento llegará al río; de esta manera, todas las calles de Buenos Aires conducen al Plata, menos las de Parque Chas.

 

Dicen las malas lenguas, que Luis Luchi –quien vivió en la esquina de Bauness y Bauness- salió una tarde a dar un paseo por Parque Chas. Descuidado, dobló en una esquina y apareció en Barcelona. Le gustó y se quedó.

En el “manual del buen taxista” está terminantemente prohibido tomar por aquellas calles que tengan nombre de capital europea. Las probables salidas conocidas, son tres: la esquina de Triunvirato y Tamborín, la de Juan Bautista Alberdi y Víctor Martínez (en Caballito) y la ciudad donde reside Luchi.

Sin embargo, la línea 187 penetraba en el barrio. En un principio era el 9. Después tuvo el número 107, pero, como ya había otros que usaban esa cifra los directivos desistieron de su propósito y adoptaron el mitológico 187, que iba desde Chacarita hasta José L. Suarez. Los propietarios eran los mismos que los de la 127.

Destino funesto el de esta línea cuyo fin estaba marcado por los dioses aún antes de que planificara su existencia. Quien creo el recorrido quiso que pasara por esa demostración práctica del eterno retorno que es Parque Chas, donde las calles van en círculo, naciendo y muriendo en un mismo punto en una redestrucción y una reconstrucción. Para atravesar el barrio fue menester la confección de mapas y hojas de ruta, que los choferes llevaban pegadas en los vidrios para no perderse.

En la noche del 6 de marzo de 1983, un grupo de delincuentes entró en la terminal de la línea 187. Robaron cinco millones de pesos argentinos y, a modo de chanza, sacaron de los coches los mapas que indicaban cómo cruzar Parque Chas y los tiraron en una desconocida alcantarilla de la Avenida Triunvirato. Los dueños no encontraron quien les confeccionara nuevos mapas y, como los originales se habían perdido en 1957, al poco tiempo todos los coches estaban extraviados en el barrio.

Sólo se volvió a ver a un chofer con su pasaje que, cuando al coche se le acabó el gas oil, lograron alcanzar a pie, y muy a duras penas, la Avenida de los Incas. Se salvaron después de meses de peregrinar.

Cuenta una vieja leyenda que en Parque Chas se encontraba una de las tantas entradas al infierno. Dicen que el mismísimo Bel Zebuth solía captar adeptos en un ómnibus de esta línea, el interno 666. Quienes tomaban ese colectivo solo sacaban pasaje de ida para el averno y nunca más se los volvía a ver.

Aún después de la extraña pérdida de la línea, hay testigos que afirman haber visto al coche 666 subiendo a los últimos despistados, que no tenían noticias sobre la extraña desaparición de los 187 y todavía esperaban ilusionados el colectivo.

Con Daniel Quintero, una noche seguimos a pie el recorrido de la 187 para obtener carteles que demostraran la existencia de esta línea. Mientras desatornillábamos uno de los que había hecho instalar Cacciatore, vimos sorprendidos que a la vera del cordón se había detenido un coche. Era el interno 666. Desde la puerta nos invitaban a subir: no aceptamos.

Según expertos en este tema, el príncipe de las tinieblas y Señor de las Moscas dejó hace algunos meses el 187 y hoy se muestra galante en un 112.

Durante algún tiempo mis amigo utilizaron esta pequeña noticia histórica para ganarse la simpatía de las minusas en las bailantas del Once, con resultados bastantes satisfactorios. Ariel Yapur, sin ir más lejos, anduvo durante meses con un bagayo que igual se habría levantado sin necesidad de contarle esta historia; pero él le atribuía propiedades mágicas, creía que entre líneas se encontraba una palabra secreta que lograba automáticamente el sometimiento del sexo opuesto. Después se rectificó.

Curiosamente, nunca usé esta historia con los fines altruistas que le dieron mis amigos. Sólo me dediqué a escribir una cuidada versión para una revista, que después cedió cortésmente a las modificaciones hasta ser incluida en este volumen. (Publicado en www.parquechasweb.com.ar)

Buenos Aires Sos

View all contributions by Buenos Aires Sos

Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *