La miserable respuesta de Rappi por la muerte del repartidor

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(Por Bruno de Lucia)

El viernes 12 de abril Ramiro Cayola Camacho, de 20 años, falleció arrollado por un camión en el barrio de Puerto Madero mientras entregaba pedidos para la empresa Rappi.

Una compañera de Ramiro envió al mail de la empresa una foto que da cuenta de la muerte, preguntando “Quién se hace cargo de mi compañero muerto?”. “¡Hola Antonella! Gracias por contactar al equipo de Rappi”, comenzaba la respuesta, añadiendo “gracias por comunicarnos esta triste noticia que será una gran pérdida para su familias” y enviando “de parte del equipo Rappi nuestras muestras de condolencias por la irreparable pérdida de nuestro Rappi en cumplimiento de la labor. Saludos”

La cínica contestación es toda una muestra del desprecio de esta patronal a la vida de sus empleados. La de Ramiro es una muerte anunciada, luego de que los trabajadores denunciasen una y otra vez las condiciones precarias en las cuales desenvuelven su actividad: no solo la patronal no reconoce la relación de dependencia, sin asegurar derechos elementales como la cobertura de ART, sino que lleva una sistemática política para obligarlos a acelerar las entregas (incluida la promoción a clientes “35 minutos o gratis”, por la cual pasado ese tiempo el pedido sale… del bolsillo del trabajador).

Ante la muerte de Ramiro, fuentes policiales salieron a aseverar rápidamente que él no estaba en horario laboral sino yendo a tomar una clase. Pero es justamente el régimen precarizador de las apps lo que refuta el intento de encubrir un accidente ‘in itinere’. ¿Cuál es el horario de los trabajadores de Rappi? No existe. Con todo, las declaraciones de la policía se revelaron falsas: los testigos aclararon que desde el celular del joven aún seguían llegando pedidos.

Esta nueva muerte obrera sucede luego de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunciara la apelación al fallo del juez Roberto Gallardo que prohíbe el funcionamiento de las apps, hasta tanto no se regularicen las normas básicas de seguridad e higiene –actuando como garante de Glovo y Rappi, que manifestaron su rechazo al fallo en sendos comunicados.

Ramiro es una víctima del Estado y de las patronales, que quieren imponer el trabajo precario en las plataformas de envíos. Si bien este el caso más extremo, ya ha habido otros de accidentes y de robos a mano armada, sin que se plantease ninguna solución por parte del gobierno y de las empresas.

Hubo pronunciamientos por Ramiro por parte de los despedidos de PedidosYa, quienes desde su fanpage apuntaron directamente al nivel de precarización laboral, y también del movimiento de ciclistas «Masa Crítica», que lamentó la muerte y llamó a movilizar el 5 de mayo desde el Obelisco hasta el lugar del accidente, donde colgarán una bicicleta blanca en homenaje.

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