Buenos Aires SOS

Buenos Aires SOS.- 4 de noviembre de 2011.- (Por Juan Chaneton).- Con sincero beneplácito y pletóricos de alborozo los porteños acabamos de recibir la noticia de que también el subte, nuestro subte, será administrado por nuestro propio gobierno. Así debía ser. A nadie le gusta que las autonomías locales se vean menoscabadas por captación de facultades provinciales por parte del gobierno nacional. En este caso no nos referimos, técnicamente, a una provincia, ya que la CABA no lo es, pero se le parece bastante. Hablamos del régimen de autonomía que estableció la reforma constitucional de 1994 y que, entre otras cosas, les dio a los habitantes de la ciudad la facultad de elegir su propio gobierno Así es que, hoy, lo tenemos a  Mauricio Macri gobernando la gran capital del sur, lo cual  no resulta en absoluto del agrado de Fito Páez.
La medida no es casual, antojadiza, improvisada ni coyuntural. Al contrario, responde a una replanificación de los gastos y recursos a que se halla abocado el gobierno nacional en el marco de la crisis más profunda y sin soluciones a la vista que padece el capitalismo a nivel mundial.
Hay que obturar la fuga de divisas al exterior porque de esa manera se cuenta con más y mejores posibilidades de enfrentar un “contagio” del actual desastre europeo, lo que podría ocurrir por la vía de la pérdida de mercados, que es lo que  pasaría si la bancarrota empieza a afectar en cadena, en los próximos meses, a las principales entidades financieras del mundo.
Pero también el Estado argentino tiene  que gastar menos sin quitarle un ápice de  recursos a los hospitales, a las escuelas, a la innovación tecnológica y al consumo y a la calidad de vida de la población. Una de las vías para lograrlo es la eliminación de subsidios, medida que ya ha tomado el gobierno y  cuyo análisis detallado no es tema de esta nota.
Apunta en la misma dirección la transferencia a SBASE (Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado) de los 45 kilómetros de vías de subte y de los dos del premetro. SBASE es la empresa de la Ciudad Autónoma que tiene a su cargo la construcción (expansión) de esa red y que, por lo demás, es también propietaria de las estaciones, instalaciones y vagones. La administración del servicio, en cambio, está a  cargo de Metrovías S.A., empresa   privada  con  el 90% de sus acciones en poder  del grupo Roggio.

Los números

Como el tema de fondo parecen ser los recursos con que el Gobierno de la Ciudad administrará los subtes, es necesario consignar algunas cifras.
El total de subsidios que paga el gobierno nacional a las distintas actividades económicas asciende a más de 63 mil millones de pesos anuales. De ese monto, 16.500 millones son para el transporte público de pasajeros. A su vez, 3.500 millones son subsidios para trenes y subtes y de esta suma hay que destacar que el gobierno nacional subsidia con 700 millones de pesos el costo del boleto del subte que, como se sabe, vale un peso con diez centavos. Se trata de datos tomados a principios de octubre de este año, cuya fuente es Asap y que consigna el  diario La Nación.
Más de un millón de personas toma el subte diariamente y el boleto ($1,10), no es suficiente para absorber los costos del transporte. Por ello, la secretaría de Transporte de la Nación compensa a Metrovías con cifras millonarias. Quién se hará cargo de dichos pagos es uno de los temas grossos a resolver y ya han comenzado a  hacer números  Juan Pablo Schiavi, secretario de Transportes de la Nación y Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gabinete porteño.
El presupuesto de la Ciudad Autónoma es el tercero del país, detrás del nacional y del de la provincia de Buenos Aires. Asciende a 32.700 millones de pesos con un aumento del ABL del 60 %, según fue votado en la legislatura de la ciudad con mayoría macrista.
No obstante, el jefe de gobierno informó, apenas conocida la noticia del traspaso, que si el servicio lo recibe sin el dinero para hacerlo funcionar el boleto de subte pasaría a costar entre 3,30 y 3,40 pesos, esto es, más del 200 % de aumento. Esto sería inaceptable para la inmensa mayoría de los usuarios que, lisa y  llanamente, no resistirían en sus canastas  familiares el encarecimiento considerado por el jefe de gobierno. En una familia tipo (4 personas) suelen viajar todos y varias veces al día. De imposible cumplimiento los números de Macri.

Aumentará el boleto

También hay que destacar que el gobierno nacional se dispone a financiar, junto a la provincia de Córdoba, la construcción de una red de subterráneos en la capital mediterránea.  Pero esa provincia no ha solicitado que, una vez construida la red, el gobierno nacional subsidie su funcionamiento. De allí que las negociaciones que se avecinan entre Ciudad y Gobierno Nacional deberán considerar este punto pues está contraindicado hacer diferencias  donde la ley no las hace y sería de dudosa constitucionalidad establecer un privilegio a favor de la Ciudad de Buenos Aires.
Análogamente, y  para aclarar un poco más las cosas, decimos que las policías provinciales siempre han funcionado con recursos propios y  jamás a ninguna provincia se le ha ocurrido exigirle a Nación plata para armar y vestir a sus fuerzas de seguridad.
El gobierno local argumenta que el servicio está subsidiado hasta 2017 y cabe deducir entonces que es hasta esa fecha que pretende que Nación se haga cargo de pagar el subte de los porteños. Agrega el jefe del área de Hacienda de la Ciudad, Néstor Grindetti, que la Ciudad no tiene el dinero y que,  si lo tuviera, tampoco podría usarlo para ese cometido pues no está en el presupuesto 2012.  Y agregó “No podemos hacer que la gene termine pagando el costo de la transferencia”.
Lo cierto es que el riesgo parece ser éste para el ciudadano que usa el subte. Pagar más. Pero, ya se sabe, gobernar es poblar –decía Alberdi-. Y Macri sostiene que gobernar es gestionar. Al tiempo que  -con indubitable y sincera humildad- nosotros agregamos que gobernar es no tener que recurrir a la represión y ese será el costo que habrá de pagar quien aspire a que el laburante pague un 200 % más de boleto sin protestar.

¿Y los sindicatos?

Así empieza este nuevo tema que agita hoy a los porteños. El gobierno local reclama dinero para administrar el servicio y el control del contrato de concesión, es decir, el control de Metrovías,  lo cual parece razonable.
En cuanto al  subsidio a la demanda y no a la oferta, como plantea Grindetti, ello significa  no  darle  el dinero al que presta el servicio porque eso sería como decirle no gastes en mejoras porque igual la ganancia la tenés asegurada. La otra parte del asunto es darle el subsidio directamente a quien usa el servicio, lo cual tiene el riesgo de crear más problemas, pues no está claro quiénes serán los beneficiarios y qué criterios se seguirán para otorgarlo.
Lo cierto es que, de concretarse el traspaso, la responsabilidad por la expansión de la red será de la Ciudad.
Y, como punto anexo pero no por ello menos importante, queda el tema de la situación laboral de los trabajadores del subte. Aquí se da el fenómeno de que la fuerza que perdió la UTA la ganó el nuevo sindicato que conduce el trotskista Segovia, quien ya se ha manifestado en contra del aumento del que habló Macri, además de puntualizar que “la gente viaja como ganado”. Esto es cierto. También lo es que las frecuencias son insuficientes y que la red debería ser más extensa y que la higiene en las estaciones brilla por su  ausencia. Y que en las capitales más importantes del mundo el subte tiene refrigeración.

¿Sabrá negociar la Ciudad con los dos sindicatos que representan a los trabajadores del subte?

Como conclusión, decimos que se ha producido un avance en la autonomía de la Ciudad.  El gobierno nacional entrega a la Ciudad los subtes para que ésta los administre integralmente. Esto es más federalismo. Sería una pena que se arruinara la iniciativa por falta de dinero o por falta de capacidad de gestión.