El Mercado de los Carruajes, un nuevo polo gastronómico

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Ya se encuentra abierto al público el Mercado de los Carruajes, ubicado en Av. Leandro N. Alem 852, donde históricamente era el predio de las «Cocheras Presidenciales” del siglo XIX y principios del XX. Cuenta con 4.200 metros cuadrados y forma parte del Patrimonio Histórico de la Ciudad. Alberga más de 40 locales comerciales que venden productos nacionales e internacionales.

Quienes quieran visitar el Mercado de los Carruajes lo pueden hacer los domingos, lunes, martes y miércoles de 8.30 a 22 horas; y los jueves, viernes y sábados de 8:30 a 24 horas. El edificio cuenta con dos pisos y una terraza con huertas ornamentales y verticales. En la planta baja, se encuentra el paseo de compras, mientras que en el primer piso y la terraza conviven locales de diferentes rubros como rotisería, cervecería artesanal, cava de vinos, restaurantes, entre otros.

Algunos de los locales que se pueden encontrar son El Club De Las Flores, Maldini, Tino´S, De Cosecha, Gontran Cherrier, San Ginés, Cabrales, Picá, Cachafaz, Pampanada/Vermuteando, Vico, Maldini, L´Amouse Bouche, Summa, Amazonia, San Gines, La Cabrera, Nozomi, Maldini y Luis Pasteur. La historia del Mercado

En sus comienzos, originalmente tuvo como finalidad ser la “Cochera Presidencial”, donde se guardaban los carruajes utilizados por los presidentes. Luego, con el transcurso de los años, se siguió utilizando como garaje de la flota de automóviles de la Presidencia de la Nación.

La construcción original fue a finales del siglo XIX y estuvo a cargo del arquitecto Emilio Agrelo quien lo realizó con ladrillos San Isidro, al estilo italiano, y fue inaugurado en el año 1900.

Por ser un predio histórico, la conservación de la envolvente del edificio juega un rol único, al complementarse en la calle Tres Sargentos, con su vecino, la ex Usina eléctrica de la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIADE). Ambos edificios conforman un pequeño conjunto de características decimonónicas distintivas de la Ciudad.

En este sentido, la fachada, que es patrimonio histórico, fue conservada y restaurada. A su vez, se pusieron en valor los vitrales, los marcos de madera de cedro, los bronces originales, su recova en bovedilla y los ladrillos típicos del edificio. En el hall de entrada principal se repararon y volvieron a colocar las mayólicas originales, y el revoque en piedra París también se restauró para que quedara idéntico al del 1900.

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