Abuso de la policía de la Ciudad
— 27 marzo, 2017 0 8Detienen a militante de la Garganta Poderosa
La nueva policía de la Ciudad se llevó presa ayer a Micaela, militante de La Poderosa, que volvía a su casa en Caballito de hacer unas compras. ¿La razón? La que usan siempre para justificar una detención arbitraria: resistencia a la autoridad. La misma que usaron, por ejemplo, para encanar a un grupo de chicas que comía pizza en Microcentro el día del Paro Internacional de Mujeres. Pero Micaela no se resistió a nada. Lo único que hizo fue intentar filmar cómo los mismos policías que la metieron en un calabozo de la Comisaría 11° se llevaban esposado a un chico de 13 años. Como casi siempre, los policías del “operativo” estaban sin identificación.
Esta nueva policía tiene poco de nueva. La actitud persecutoria y violenta que está ejecutando en las calles remite a las páginas más negras de nuestra historia. Tienen un objetivo claro: los perseguidos son los sectores sociales más vulnerables. Chicos; pobres; trabajadores; mujeres.
Este accionar no es una decisión autónoma de una fuerza represiva con la cadena suelta: es una decisión política. En los manuales de las derechas reaccionarias más básicas se anuncia que al ajuste se lo acompaña con represión. Con eso amenazó la semana pasada la ministra de Seguridad. Un aviso: ni siquiera así nos van a sacar de la calle.
Basta de perseguir a los pibes; basta de perseguir a las mujeres; basta de perseguir a los trabajadores.
(Por Jonathan Thea)
«LA GARGANTA NO SE CALLA NUNCA MÁS»
Gracias a todas y todos, las organizaciones sociales, los organismos de Derechos Humanos y la imprescindible Norita Cortiñas, que gritaron hasta recién en la puerta de la Comisaría 11, para denunciar la privación ilegitima de la libertad que sufrió nuestra compañera Micaela durante 8 horas. Tras filmar la detención abusiva a un niño de 13 años, cuando varios efectivos sin identificación intentaban esposarlo, volvimos a padecer esa impunidad que aplican contra los de abajo, todos, pero todos los días.
Ojalá responda la ministra de Seguridad,
quién carajo nos cuida de los policías.
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