LOS ALTOS DE ELORRIAGA

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Buenos Aires SOS.- 28 de marzo de 2011.-  La Casa de Altos de Elorriaga, ubicada en Defensa y Alsina, una de las pocas esquinas sin ochava que perduran  en la ciudad, fue una de las primeras de altos que tuvo Buenos Aires, construida en 1808, es la más antigua de este tipo que aún se conserva.

Aún en proceso de restauración, abrió sus puertas.´por única vez, el sabádo pasado, en que se llevó a cabo la Noche en Vela. El primer piso era la residencia, con un  gran patio central, mientras que la planta baja estaba destinada al comercio, en este caso un café. En su fachada se lee Café y botillería de la Revolución, y a su modo, intentó ofrecer un homenaje a los primeros cafés porteños.  A la luz de la vela, como en antaño y con una copita de candial –  bebida a base de huevo, oporto y leche caliente-, el visitante saboreó un momento especial, de ese otrora café que desde principios del siglo pasado fue uno de los locales reconocidos por el barrio, contemporáneo de la Revolución de Mayo.

En sus paredes pueden leerse textos de varios autores  alusivos a los cafés de la época poscolonial.  Interesante por su descripción es el fragmento de José´ Antonio Wilde, extraido de  «Buenos Aires desde 70 años atrás» y dice «No se daba de almorzar en los cafés; el despacho quedaba reducido a café, té, chocolate, candial, horchata, naranjada y algunas copitas.

Servíase entonces el café con leche; o como muchos decían, café y leche, en inmensas tazas que desbordaban hasta llenar el platillo; jamás se veía azúcar en azucarera; se servía una pequeña medida de lata llena de azúcar, generalmente no refinada; venía colocada en el centro del platillo y cubierta con la taza; el parroquiano daba vuelta a la taza, volcaba en ella el azúcar, y el mozo echaba el café y la leche hasta llenar la taza y el plato.

Las tostadas con manteca, siempre traían azúcar por encima.

El chocolate que se servía era, por lo general, bueno, acompañado, invariablemente, de su correspondiente vaso de agua.  Los mozos respetaban poco a los concurrentes, presentándose en verano en mangas de camisa, y esa, no siempre de una limpieza intachable, y muchas veces, fumando su cigarrillo».

En la actualidad Los Altos de Elorriaga pertenece al Museo de la Ciudad y está en proceso de restauración y puesta en valor para incorporarla al complejo patrimonial de la ciudad de Buenos Aires.

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