¿LA FOTOGRAFÍA EN AGONÍA?

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Buenos Aires SOS.- 6 de septiembre de 2011.- (Por Jorge Ricci).- Podemos partir del supuesto que la cámara digital mató la película fotográfica. En el año 2000 una buena cámara digital tenía 2 megapíxeles, poca memoria, pobre duración de la batería y costaba en nuestro país más de dos mil pesos. Eran artículos de lujo y obtener una foto realmente decente significaba tener que utilizar una cámara de rollo.

Hoy día las cámaras de tecnología digital bajaron sus costos, mejoraron su calidad fotográfica y agregaron una variedad de funciones (algunas útiles otras no) al punto de que la mayoría de los consumidores no sabe usar el amplio espectro que ellas ofrecen. Por lo tanto es muy común ver infinidad de cámaras disparando en un sin fin de eventos.

Una ventaja que ofrece la fotografía digital es la posibilidad de sacar muchísimas más fotos que con película ya que se pueden descartar las que no salieron bien. En el pasado, el aficionado podía disparar como máximo treinta y seis fotogramas e indefectiblemente, acudir luego al revelado para saber cuáles eran de su agrado. La digitalización fotográfica provoca que si bien se disparan mayor cantidad de fotos, el revelado es mínimo.

El 95% de los nuevos usuarios de cámaras digitales han dejado de revelar sus fotos en papel, y simplemente las archivan en el disco rígido de su computadora, CDS o DVD´s, muchas veces sin siquiera ser vistas. El motivo, entre otros, es que revelar la cantidad de fotos que se sacan a los precios actuales del mercado costaría una pequeña fortuna.

Además, aunque a priori la solución pasaría por revelar sólo una selección de las mejores fotos, la realidad es que, como son tantas, al final no se hace ni una cosa ni la otra. Esta situación tiene sus inconvenientes, se pueden perder todas por una falla informática y no tener copias de seguridad. Y aún teniéndolas correctamente archivadas en CD o DVD, no se debe olvidar que dentro de unos años – y no muchos- estos soportes habrán sido sustituidos por otros nuevos y seguramente incompatibles, de modo que será muy complicado poder ver las fotos en la computadora o la TV.

Otro factor que contribuye a la caída del negocio fotográfico, más peligrosa aún que lo anterior en términos de mercado, es la utilización del celular para disparar fotos. Los que apelan a este recurso son en su mayoría adolescentes quienes luego las envían por e-mail o bluetooth a sus amigos.

El negocio fotográfico agoniza, y los comerciantes de este rubro se encuentran ante el desafío de conseguir que los aficionados vuelvan a interesarse por pasar a papel todas las fotos digitales. De no conseguirlo resultará sencillo encontrar a la autora principal del crimen: la fotografía digital.

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