De los carritos a los foodtrucks

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Del clásico choripán a un menú gourmet

Unos nacieron en la década del 50 del siglo pasado y, tras superar clausuras, mudanzas, decadencia y cambios, siguen airosos en la Costanera Norte y Costanera Sur. Ya no tienen carbón ni parrillas sino gas y electricidad. Quedaron 25  frente al Río de la Plata y otros 17 junto a la Reserva Ecológica. Por todo lo demás, los carritos de la Costanera (que no se mueven) son los mismos de antaño y sirven de salvavidas alimentario para pescadores y para grupos de pibes que salen de bailar. ¿El menú? choripán y sándwiches de carne.

Otros acaban de nacer, también tienen ruedas, pero las usan cada fin de semana para trasladarse por el circuito porteño cool, detrás de eventos gastronómicos que los convocan. De tan modernos ni siquiera tienen nombre en español: se los conoce como foodtrucks, algo así como camiones de comida.

Los carritos pertenecen al Gobierno de la Ciudad, que los cede en comodato por cinco años a los permisionarios de los puestos. A cambio de la cesión, los encargados tienen que conservarlos en buen estado, mantener limpio el entorno, tener la libreta sanitaria al día y pagar el canon correspondiente. En caso de incumplimiento de alguno de estos requisitos, se pierde el permiso y el puesto. Además, todo el personal realizar el curso de manipulación de alimentos.

En cuanto a las infracciones más habituales, la mayor cantidad de actas son por la utilización de aderezos y salsas en potes expuestos (además de la multa se decomisa la mercadería), seguida por falta de higiene y la ausencia de libretas sanitarias de las personas que allí trabajan.

En cuanto a los foodtrucks , las reglas de juego son similares. Porque tras la polémica por las quejas de los empresarios gastronómicos que los consideraban una competencia desleal, y a partir de la norma sancionada en la Legislatura, los «carritos VIP» son cada vez más visibles en la Ciudad. Por el momento, su presencia se concentra en ferias especializadas, recitales y eventos masivos.

Quien tenga un vehículo de transporte de alimentos que circule en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires podrá tramitar la habilitación del mismo de manera íntegramente online. Una vez validado por la AGC, el sistema le asignará día y horario en que el vehículo será inspeccionado. Luego, la Dirección General de Desarrollo Gastronómico los registra y finalmente el Ministerio de Ambiente y Espacio Público designará la ubicación en la que podrá ejercer la actividad el camión.

De acuerdo a la ley, los foodtrucks no podrán estar a menos de 200 metros de distancia de un restaurante y pagarán un canon anual de $ 18.000. A diferencia de los carritos, no podrán funcionar a gas y deberán tener equipos de cocción eléctrica, además de un tanque de agua potable de al menos 50 litros, agua caliente y heladeras.

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