
PIANTAO
— 2 febrero, 2011 0 5Buenos Aires SOS.- 2 de febrero de 2011.- (Por Camilo Manuel Sosa).- Cinco de la tarde en San Telmo, un sol radiante se enfoca sobre Plaza Dorrego. Precipitadamente él mira hacia arriba notando que dos focos de tormenta van a terminar marginando su barrio con agua y desamor.
Se miran engañosamente, situación incómoda para quien espera la lluvia como indicio de limpieza.
Juegan con cerillos que alguna vez ahogaron el aire en humo ciego. Fácil para los dos, está todo dicho. La calma que antecede al huracán.
De sus ojos caen gotas , empezó a llover para ellos. Juntos miran el cielo, él también llora por ellos.
De la mano a la parada del bondi. Despedida y después la verdad, única en Paseo Colón para el poste de carne y hueso.
Sólo humo quedó, el cielo lagrimeó y los cerillos se apagaron.
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