VERSEROS MULTIFACÉTICOS

0 9

Buenos Aires Sos (BAS).- Abril 2008.- (Por Pablo Lema).- Del diario de Verónica.
Recién terminé de charlar por teléfono con una amiga quien también fue víctima de ese hombre maquiavélico al que recuerdo cada vez menos. ¡Por suerte! porque de haberme enganchado como ella, seguramente habría terminado de la misma manera.

 

 Como es costumbre en esos lugares, la música a todo volumen y el ambiente medio iluminado conspiran a favor de estos hombres a los que apodé Los Verseros multifacéticos.

 Los mismos no aparecen siempre,  a pesar de que hay muchas copias baratas de ellos, pero una que ha dejado de ser novicia en el tema ya los conoce de antemano.  Aunque por nuestra condición de mujer, por debilidad o que se yo,  generalmente caemos rendidas frente ellos cuando nos envuelven con halagos y  promesas vanas.

En medio del baile,  ni bien hice el ademán para terminar con el poco Gancia que quedaba en el vaso, un hombre robusto salido de repente, tomó mi mano y la beso, acotando que de haber sabido que se encontraría con tal eminencia de seguro se habría pellizcado dos veces para corroborar la veracidad de tal milagro.

Me causo gracia tal ridiculez pero debido a su perseverancia supo ganarse mi humor y alguna que otra mirada insinuante.  Él, como todo versero, sabía lo que se traía entre manos.

Estos Verseros Multifacéticos  se caracterizan por vestirse fuera de lo común  y se hacen notar cuando resaltan sus prendasllamativas en combinación con sus actuados movimientos de cintura.  Utilizan diversos perfumes según la ocasión y siempre se muestran de buen humor y predispuestos al diálogo: armas elementales para llegar al corazón femenino.

Este arquetipo de Don Juan argentino tenía la cara de la mayoría de los hombres, la sensibilidad de algunos pocos y prometía todo de lo que carecía.  Nada raro tratándose de un porteño, la mayoría  son así con tal de llevarla a una a la cama o meterse en alguna relación momentánea que les garantice su virilidad.

En fin, continuamos charlando entre risas y miradas y en eso de improvisto, un sujeto con aliento a tequila, despeinado y desprolijo, me agarró de la cintura y se me acercó cual perro hambriento frente a un pedazo de carne.  El Don Juan reaccionó con toda amabilidad frente al despojo ebrio y viendo que éste se ponía más irrespetuoso conmigo le zarpó una piña en la nariz.  Antes de que el borracho le devolviese el golpe, un gorilla vestido de negro lo sacó a patadas limpias.

Nos fuimos juntos.  Está de más que cuente cómo recibí el amanecer.  Si tuviera que sacar conclusiones podría decir que se comportó no más de lo que esperaba pero sí menos de lo que dio lugar a entrever.   Nos pasamos los teléfonos y prometió llamarme lo mas pronto posible.

El hombre jamás me llamó,  pero el artificio de su obra teatral estaba pronto a revelarse como la farsa que era, pero que debido a mis añoranzas de conocer a alguien diferente pasé desapercibida.

Mientras paseaba con el auto por Ramos Mejía, al estacionarme frente a un semáforo en rojo lo reconocí. ¡El susodicho iba a carcajadas limpia acompañado de una hermosa rubia de estatura mediana y pechos exuberantes!  Los acompañaba el borracho del boliche, que también gozaba de la buena compañía!

Caí presa de una ira atroz, me bajé del auto y me abalancé hacia él.  El hombre al verme hizo un gesto de sorpresa e interrumpiendo toda intención de decirme algo le estampé un golpe en la cara.  Su amiguito tuvo el mismo destino y las mujerzuelas zafaron porque mis manos temblaban del dolor.

Antes de subirme al auto los insulté e hice indiferencia a los gestos de sorpresa de los presentes.  Pisé el acelerador sin importarme que el semáforo estuviera en rojo.

Por esto le tengo consideración a mi amiga cuando llora de rencor y dolor y me cuenta una y otra vez, siempre con agregado de detalles, la hazaña del Versero multifacético para con ella.

Estos hombres son verdaderos artistas en el dominio del engaño y del vocabulario, frente a mujeres como yo u otras tantas que caminamos por las calles de Buenos Aires y que guardamos secretamente esa ilusión, medio muerta, de encontrar a un hombre sencillo y simpático que se entregue con ganas al amor.

Buenos Aires Sos

View all contributions by Buenos Aires Sos

Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *