UNIONE OPERAI ITALIANI

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Buenos Aires SOS.- 15 de febrero de 2011.- (Por Estebitan Rove).-  Si nos situamos en la calle Sarmiento al 1300, casi llegando a Talcahuano y miramos hacia nuestra derecha, vamos a ver una fachada imponente, hecha con las manos de inmigrantes maestros del estuco (mezcla hecha de cal, granos de mármol y pigmentos naturales), que, al llegar a nuestro continente imitaron con un revoque creativo e imaginario que copiaba la piedra hasta en sus mas pequeños detalles, el Símil piedra, estas son las células que conforman y recorren milímetro a milímetro el rostro del edificio.

Miramos hacia arriba casi donde se visualiza el cielo, como a unos treinta metros de altura y observamos como desde la cornisa nacen helechos y musgos producto del paso del tiempo, de la acumulación de vivencias y relatos, por debajo, cuatro mujeres sostienen o posan en los balcones laterales, semidesnudas, de impronta obnubilante, dejan perplejos a cualquier transeúnte desde principios del siglo XX, entre ellas, se asoma una galería custodiada por dos niños, elegidos por el Arquitecto Italiano Virginio Colombo de forma caprichosa para observar lo que acontece en la calle, nos acercamos a los seis metros de altura por debajo de las mujeres y tenemos dos grupos de niños que se amontonan para jugar un rato, están ahí divirtiéndose incrustados en el Símil Piedra , ríen, se divierten desde el 1913 y hacen oídos sordos de los dichos y miradas ajenas.

 Por debajo de la galería, en mayúsculas grandes “SOCIETAI DE OPERAI ITALIANI” adornado con guirnaldas y flores, el edificio muestra su identidad y nos avisa que todavía sigue en pie y que la historia que lleva a cuesta es enorme, imponente como su volumen, como su fachada.

 Dos rostros vigilan quien se acerca a las tres puertas de entrada, una de ellas, la de la izquierda, lleva un stencil del David tomando mate impreso sobre los ladrillos huecos que la tapean, la de la derecha tiene unas cadenas con candados que imposibilitan cualquier acceso, la puerta principal doble se perdió, en reemplazo una doble tiene su cortina de enrollar baja desde el año 2004, por ese rectángulo ingresaron desde niños gustosos de aprender nuevos conocimientos, maestros con animo de enseñar el castellano, los mas prestigiosos interpretes de música clásica, hasta interpretes y bailarines de tango.

En su interior su salón principal “salón Augusteo” con un estilo ecléctico de gran lujo y belleza, con cielorrasos de doble altura, galería superior y un despliegue notable de ornamento, nos comunica que su época dorada paso hace rato, que por sus pisos pasaron incendios, saqueos y derrumbes, la misma suerte tuvo el resto del edificio, corroído por el tiempo y la desesperación humana.

Todo el esplendor del Art Nouveau, de la historia que cuentan sus paredes, de las vidas pasadas por esos pasillos, de la identidad de los inmigrantes italianos que conforman la nuestra, de los relatos del arrabal, de la noche, de la milonga porteña se ven amparadas únicamente en el código urbanismo de la ciudad de buenos aires, en la catalogación del edificio como preservación “estructural”, con lo que no se puede demoler, ni desarmar de a pedazos, ni remodelar.

Todo pasa, todo queda, no se va, si no se olvida dicen, antes que se vaya, que se despida en su muerte agonizante, el Operai pide a gritos su reconocimiento como estandarte de la identidad argentina, antes que termine de fallecer desgarra de sus cuerdas vocales su resurgimiento como Edificio histórico, grita que nos demos cuenta que forma parte de nosotros, de nuestro patrimonio cultural.

Este edificio ubicado en Sarmiento 1374 ,cuyo salón fue construido en 1884 y ampliado en 1913 por el arquitecto Virginio Colombo, hoy esta al borde del derrumbe. Los vecinos que intentan detener el deterioro y resguardar el patrimonio urbano han creado en facebook un lugar para defenderlo: hay que salvar a Union de Obreros Italianos 

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