Buenos Aires SOS

Buenos Aires Sos.- 11 de mayo 2010.- (Por Gabriela Sharpe).- En el día de hoy se colocaron los primeros andamios que darán comienzo a la restauración de la histórica Pirámide de Mayo,en vistas a los festejos del Bicentenario, por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Se trata del primer monumento que tuvo la Ciudad de Buenos Aires y fue construido en 1811, para conmemorar el primer aniversario de la Revolución de Mayo.  Realizada con adobe, tenía unos 13 metros de altura, si se cuenta el pedestal, ésta alcanzaba los 15 metros. Su ubicación fue en la actual Plaza de Mayo, que por ese entonces estaba dividida por la Recova, formando dos plazas: la denominada Plazoleta del Fuerta, que miraba a la Casa Rosada y la Plaza de La Victoria, que daba al Cabildo. La pirámide fue colocada en un rincón de esta última, de costado a la Catedral y mirando al Cabildo.

Cuarenta años más tarde, se le encomendó al pintor Prilidiano Pueyrredón que la transformara, dejando parte de la pirámide original en su interior.  Modificó el pedestal, haciéndolo más ancho y alto y colocó, en su parte superior, una estatua de la Libertad, realizada por el escultor francés Joseph Dubourdieu, creador también de estatuas de mármol, que se emplazaron rodeando el monumento.

Siempre se quizo hacer algo diferente, pero las polémicas y discusiones eran tantas, que cualquier modificación al obelisco se dejaba para más adelante. Algo pasaba con este monumento que no terminaba de convencer.

En 1912 , se decidió trasladarla al medio de la plaza,ya unificada, así fue como la pirámide se corrio unos 63 metros.

El 21 de mayo de 1942 fue declarada Monumento Histórico.

Esta es la historia oficial.  La Pirámide de Mayo fue opacada con la colocación del Obelisco, sobre la avenida Corrientes. Su existencia fue totalmente eclipsada, hasta que las Madres de Plaza de Mayo comenzarón a hacer sus rondas, todos los jueves, reclamando por sus hijos desaparecidos. Fue con ellas que la Plaza de Mayo y la Pirámide fueron conocidas internacionalmente, y hoy día, tienen un significado claro y contundente: los pañuelos blancos. Este primer monumento porteño se asocia a ellas.