Larreta tuvo más votos en las comunas donde el m2 es mayor

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(Por Melina Ons ) La semana que termina estuvo marcada por lo que dejaron las elecciones del 11 de agosto. Los votos, el dólar, los bonos, el riesgo y el territorio. En la Ciudad de Buenos Aires, el mapa de resultados se pintó de colores. Como se ve en los cuadros que acompañan esta nota, la distribución de los votos fue muy similar a la distribución del precio del suelo. Horacio Rodriguez Larreta obtuvo más votos en las comunas donde el valor del m2 es mayor y perdió donde es más bajo.

Este fenómeno que impacta visualmente, no implica necesariamente que una cosa explique la otra. Los colegas de «Properati» introdujeron, por ejemplo, el impacto de la distribución geográfica de la edad de la población. No es tampoco mi intención refrendar la idea -muy extendida en algunos ámbitos- de que “a Cambiemos lo votan los ricos”. De hecho -como señala José Natanson en su nota “El ascenso del PRO” y Fernando Bercovich recupera en Trama Urbana de esta semana-desde 2003 hasta el domingo pasado,el PRO ganó todas las elecciones ejecutivas de primera vuelta en la ciudad, también en las zonas de menores ingresos.

En una crisis como la que estamos viviendo, resultado de políticas económicas que redistribuyen regresivamente el ingreso, las desigualdades se agudizan y en la Ciudad de Buenos Aires éstas se plasman geográficamente. Los barrios del sur son los que presentan los peores indicadores socioeconómicos y habitacionales de todo tipo. Hay más pobreza, más desocupación, mayor índice de mortalidad infantil y también más viviendas deficitarias, más hacinamiento en los hogares y más precariedad en la tenencia de los inmuebles. Esta vez, la desigualdad también se tradujo en votos.

Es importante aprovechar que tenemos los ojos puestos en el territorio para instalar otra idea: que las acciones del Estado pueden hacer subir los precios.Que haya zonas más caras que otras no es resultado del esfuerzo de los propietarios individuales sino de la acción común, en la que el Estado tiene un rol central. No solamente con equipamiento urbano, infraestructura y obras públicas (ese cemento que“no es relato, es real”). Sino también con la forma de regular el suelo. El Estado puede crear valor cuando autoriza desarrollos, habilita construcciones, privatiza áreas verdes que alojarán torres, etc. Pero ese valor extra, generado por la acción pública, se la apropian los privados sin hacer aportes para compensar a la comunidad.

 

El Estado ha delegado en el mercado la potestad de coordinar la dinámica de la ciudad. En un marco de libertad casi total, la ciudad crece más donde el precio es más alto. Basta ver dónde se construyó más en los últimos años y dónde hay más inmuebles ociosos. Según datos del informe sobre viviendas vacías que realizaron el Instituto de la Vivienda de la Ciudad junto con varias organizaciones, las comunas donde más autorizaciones de construcción se dieron durante este gobierno (12, 13 y 14, según datos oficiales), son también aquellas donde más viviendas vacías hay .La nueva oferta no está orientada a cubrir las necesidades de la población. Entonces hay departamentos nuevos, pero no quien pueda comprarlos.El precio del suelo no baja, se reduce la oferta de inmuebles a precios accesibles y la ciudad se vuelve cada vez más expulsiva.

Una alternativa posible es que el Estado genere mecanismos de asociación con los privados, para reinvertir en zonas desaventajadas una parte de las ganancias generadas en zonas más caras. Como ocurre en otras ciudades de la región, como Bogotá o San Pablo donde existen regulaciones que comprometen a los desarrolladores a construir vivienda social o infraestructura, con los beneficios extra que obtienen de la ciudad.

Pero si este esquema se sostuvo durante doce años de gestión macrista en la ciudad: ¿Por qué pudo haber cambiado el mapa de votos? Una explicación posible es que ningún gobierno PRO atravesó un contexto de crisis económica de la magnitud de la actual.

La caída de la economía impacta con más fuerza en las condiciones de vida de los sectores de bajos recursos que en la de los de ingresos medios y altos. Con esto se agudizan las desigualdades y falencias, que en este distrito están atravesadas por la Avenida Ridadavia. Pero además, es la primera vez que el Jefe de Gobierno y el presidente comparten partido y buscan la reelección en la misma boleta. Horacio Rodríguez Larreta es fuerte localmente, pero le toca pagar por el debilitamiento de Mauricio Macri en el país.

( * ) Socióloga, becaria de CONICET, especialista en estudios urbanos.

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