La Ciudad cierra el jardín maternal del Hospital Ramos Mejía

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En la Ciudad faltan por lo menos 17.000 vacantes en la escuela pública, situación que se agrava año a año y especialmente en el área de jardines maternales e inicial. En este contexto el Gobierno de la Ciudad decidió cerrar tres salas de la Escuela Infantil 6 del Distrito Escolar 6. Los afectados son el lactario, la sala de deambuladores -bebés de un año- y sala de dos. El edificio funciona en Venezuela 3158, en el Hospital Ramos Mejía, del barrio de Balvanera.

El jardín funciona hace 3 décadas y muchos de sus alumnos son hijos de trabajadores del Ramos Mejía. Nueve docentes quedan si trabajo por esta decisión que ataca a familias trabajadoras y sus hijos en un barrio humilde del sur porteño.

Según el comunicado de la Asociación Cooperadora de la Escuela, las autoridades anunciaron el cierre definitivo de la sala Lactario a partir del año próximo, 2019, y de las salas de 1 y 2 años en 2020 y 2021. Las salas fueron refaccionadas después de los daños causados por una tormenta en abril pero el Ministerio -aunque la obra ya terminó- decidió que sigan vacías.

La supervisora informó a las familias que “el lactario no aparece en el sistema no debido a un problema informático sino porque se cierra, y que se van a trasladar las salas de tres, cuatro y cinco años al nuevo edificio de la Manzana 66”. La funcionaria destacó que la decisión proviene de la Ministra Soledad Acuña, que es “inamovible” y que la alternativa para los niños y niñas de hasta dos años son los Centros de Primera Infancia (CPI), que no dependen de Educación sino de Desarrollo Social. Los CPI (Centro de Primera Infancia) son instituciones de contención social tercerizadas que dependen de Desarrollo Social y no de Educación, no tienen proyecto educativo. La mayoría es gestionadas por las iglesias católica y evangélica u ong vinculadas al clero aunque el gobierno porteño pague los sueldos del personal precarizado y por fuera del Estatuto del docente, el lugar donde funcionan y la comida de los chicos.

En la Ciudad faltan por lo menos 17.000 vacantes en la escuela pública, situación que se agrava año a año y especialmente en el área de jardines maternales e inicial. En este contexto el Gobierno de la Ciudad decidió cerrar tres salas de la Escuela Infantil 6 del Distrito Escolar 6. Los afectados son el lactario, la sala de deambuladores -bebés de un año- y sala de dos. El edificio funciona en Venezuela 3158, en el Hospital Ramos Mejía, del barrio de Balvanera.

El jardín funciona hace 3 décadas y muchos de sus alumnos son hijos de trabajadores del Ramos Mejía. Nueve docentes quedan si trabajo por esta decisión que ataca a familias trabajadoras y sus hijos en un barrio humilde del sur porteño.

Según el comunicado de la Asociación Cooperadora de la Escuela, las autoridades anunciaron el cierre definitivo de la sala Lactario a partir del año próximo, 2019, y de las salas de 1 y 2 años en 2020 y 2021. Las salas fueron refaccionadas después de los daños causados por una tormenta en abril pero el Ministerio -aunque la obra ya terminó- decidió que sigan vacías.

La supervisora informó a las familias que “el lactario no aparece en el sistema no debido a un problema informático sino porque se cierra, y que se van a trasladar las salas de tres, cuatro y cinco años al nuevo edificio de la Manzana 66”. La funcionaria destacó que la decisión proviene de la Ministra Soledad Acuña, que es “inamovible” y que la alternativa para los niños y niñas de hasta dos años son los Centros de Primera Infancia (CPI), que no dependen de Educación sino de Desarrollo Social. Los CPI (Centro de Primera Infancia) son instituciones de contención social tercerizadas que dependen de Desarrollo Social y no de Educación, no tienen proyecto educativo. La mayoría es gestionadas por las iglesias católica y evangélica u ong vinculadas al clero aunque el gobierno porteño pague los sueldos del personal precarizado y por fuera del Estatuto del docente, el lugar donde funcionan y la comida de los chicos.

 

“Esta insólita decisión de borrar de un plumazo el acceso a la educación para los más pequeños significa lisa y llanamente aniquilar nuestra escuela tal como la conocemos, y un claro perjuicio para muchas familias, sobre todo para los trabajadores del Hospital por la accesibilidad y conexión de su lugar de trabajo al jardín (…) Lo que nuestros hijos e hijas aprendieron en su paso por el jardín maternal no lo podrían haber aprendido en otro lugar. No permitiremos que comparen el funcionamiento de una escuela con el de un Centro de Primera Infancia, dependencia de Desarrollo Social, donde el foco no estaría puesto en la educación sino en la contención social. No hay proyectos pedagógicos y los trabajadores se encuentran bajo contratos precarizados”, sostiene el comunicado de la cooperadora, que reclama que las autoridades habiliten un período de inscripción extraordinaria para el Lactario 2019.

Las autoridades también dijeron que las salas de 1 y 2 años se mudarán al futuro jardín de la Manzana 66, con lo cual las 300 nuevas vacantes prometidas se reducen a 100. Los vecinos de la Manzana 66 -el perímetro que abarcan las avenidas Belgrano y Jujuy y las calles Catamarca y Moreno- se sumaron al abrazo de la comunidad educativa. “Estábamos festejando las 300 vacantes nuevas, pero si empiezan a mudar otros jardines se nos complica. Y esas vacantes son necesarias en el barrio, queremos las 300 que nos prometieron”, dijo a este medio Alberto Aguilera, uno de los referentes de la M66.

Buenos Aires Sos

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