LA BIBLIOTECA INVADIDA DE POESÍA

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Buenos Aires Sos (BAS).- Mayo 2007.- La Biblioteca Nacional está invadida por la poesía de Girondo. Sus palabras están en los picaportes, matafuegos, veredas. La muestra la realizó el artista y dramaturgo Fernando Rubio. La poesía está de fiesta. Salió a pasear y se instaló en la Biblioteca Nacional. Allí las letras de Oliverio Girondo, tomaron por asalto al edificio de Agüero al 2500,para rendirle homenaje al escritor argentino, a 40 años de su muerte. La exposición Palabra Girondo convierte al visitante en alguien al que le cuesta caminar, porque es tanta las ganas que provoca el leer cada verso, que si no anda con cuidado puede tropezar. Pero ¡que dicha el tropezar con una poesía de Girondo!. Están en las paredes, en los ascensores, en los baños, en las ventanas, en la explanada. Las palabras invadieron el lugar. ¿Cómo se piensa un homenaje? Se pregunta el artista y dramaturgo Fernando Rubio, quien armó la muestra. E inmediatamente responde que «evidentemente la apuesta es compleja y vital. Un movimiento dinámico para que ya nunca existan espacios estáticos. No hay mármol ni bronce. Palabra Girondo. Por todo el lugar. La poesía dispuesta a ser encontrada, descubierta, atravesando la zona sin pedir permiso». En 1922, Girondo publicó su primer libro, Veinte poemas para ser leídos en el tranvía , con ilustraciones de él mismo. Le siguieron Calcomanías , Espantapájaros , En la masmédula , entre otros. En 1943, se casó con la escritora Norah Lange y se pueden ver fotos de ambos exhibidas en una de las vitrinas. «Hay un verso de Girondo en el baño de mujeres del quinto piso que dice que Goya grababa como si entrara a matar», cuenta Rubio. «Escribí el texto comenzando en las venecitas de la pared y terminando en el espejo del baño, con la palabra matar. A los dos días la encuentro borrada y la vuelvo a escribir con pintura, pero al día siguiente de nuevo la encuentro borrada.» Cierre: era uno de los guardias, una chica, que lo paró a Rubio en la entrada y le dijo que era ella quien borraba porque con todo lo que había pasado en la Universidad de Virginia le daba miedo que estuviera escrita esa palabra en el espejo. De la muestra también participa el músico Fito Páez, quien compuso especialmente música para un video que se proyecta y que comienza con el poema 8 de Espantapájaros . Se inicia con la frase que revela el humor del poeta, uno de sus rasgos característicos: «Yo no tengo una personalidad; yo soy un cóctel, un conglomerado, una manifestación de personalidades». En la exposición se instalaron tres televisores. En una pantalla aparece la imagen del poeta Leónidas Lamborghini; en otra, la de Arturo Carrera, y en la tercera, la de Horacio González. Cada uno a su turno va hablando de la obra inolvidable de Oliverio Girondo. La muestra permanecerá abierta hasta el 6 de julio en la sede de la biblioteca, Agüero 2502. «Y se encuentran ritmos al bajar la escalera, poemas tirados en medio de la calle, poemas que uno recoge como quien junta puchos en la vereda.» Lo escribió Oliverio Girondo en su Carta abierta a «La Púa», incluida como prólogo en la edición de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía. Por la memoria de Girondo ojalá que los poemas sigan invadiéndonos.

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