El Mercado de San Telmo se está «aggiornando».

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El Mercado de San Telmo comenzó abasteciendo frutas, verduras , carne, pollo y pan. Con el correr de los años, más precisamente a partir de 2001, han ganado terreno locales en los que se pueden encontrar ropa usada, sombreros, aparatos antiguos, teléfonos con disco, postales, figuritas con brillantina. A partir del año pasado, la parada la copan los bares y cafés.

El Mercado de San Telmo fue inaugurado en febrero de 1897 con el objetivo de abastecer de los víveres necesarios a la nueva ola de inmigrantes que llegaba a la ciudad desde el Viejo Continente. El edificio conserva su estructura interna original, formada por vigas, arcos y columnas de metal con techos de chapa y vidrio. En el centro se alza una gran cúpula. . En el año 2000, el Mercado fue declarado Monumento Histórico Nacional por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero hoy es necesario hacer un pequeño homenaje a las carniceros del Mercado. Las tradicionales carnicerías, sobre todo el puesto 54, subsisten y sobreviven el avance de la modernidad. Si uno quiere comprar en alguna de ellas, tendrá que armarse de paciencia, respetar la larga fila, y mientras, deleitarse con el cariño, la paciencia y la habilidad de estos Señores carniceros que se toman su tiempo, charlan con cada uno de los compradores, preguntan cómo va a preparar la carne, recomiendan, aconsejan y, es un arte cómo tratan a cada corte de carne, cómo le sacan la grasa, cómo la dejan pipi cucu , lista para la cacerola o la parrilla.

Los vecinos estamos acostumbrados a tanta destreza, los que quedan azorados son los turistas, porque no están acostumbrados a este trato tan especial entre la carne y el carnicero, como si no pudiera existir el uno sin el otro. Ellos sólo conocen la carne envasada en los supermercados y, les aseguro que no paran de sacar fotos, creo que es una de las mejores postales porteñas.

En el puesto 54 se amontona el barrio. Allí nos enteramos de todos los chimentos habidos y por haber. El cotilleo entre los vecinos no para, conocidos o no (eso es lo de menos), de ahí salimos todos amigos. Los muertos están a la orden del día, si uno se precia de buen vecino, luego las enfermedades, y por último la política, encarada desde el barrio hacia afuera. No sé si será un acuerdo tácito, pero no se nombra a Larreta ni a Macri, vaya uno a saber las razones. Pero sí el precio de la carne, las cuadras que se adoquinas tres veces al año sin entender por qué tango gasto, etc. que es un modo indirecto de hablar de la situación política.

Aprovechen a conocer esta intimidad del Mercado, ya van quedando pocos puestos de esta índole. En un momento fueron furor los locales de juguetes antiguos, vinilo, relojes y demás. Hoy avanzan, a paso firme y seguro, los cafés. Todo empezó con la antigua floreria, ubicada en el corazón del mercado, que dejó paso a  Coffe Town. El primero en instalarse fue el bar del mercado de San Telmo, luego siguieron Merci, The Market Burger, y la lista continúa.

El Mercado se está aggiornando. No te pierdas conocer la identidad de lo antaño, a través de sus escasos puestos de verdura y carnicerías. Sólo quedan ocho, de a poco están siendo arrinconadas por las nuevas exigencias de los turistas. Aprovecha, vale la pena.

(Por Alejandra Sharpe)

 

 

 

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