El bar El Progreso de Barracas se convirtió en un set de filmación

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(Por Hernán Khatchadourian) Este mes, se estrenó en una importante plataforma de streaming la película norteamericana Operación Final  que se filmó íntegramente en la Argentina –una de sus escenas transcurre en el Bar el Progreso de Barracas– y relata los pormenores del secuestro del jerarca nazi Adolf Eichmann por parte de un comando del Mossad, el servicio secreto israelí, que luego lo llevó a ese país para ser juzgado.

La película, producida por Netflix y Metro Goldwyn Meyer, y dirigida por Chris Weitz(Crepúsculo: Luna NuevaLa Brújula Dorada), se filmó en varias localidades argentinas como Bariloche, el municipio de Hurlingham, y la ciudad de Buenos Aires , en donde se hizo una increíble reconstrucción de época.

Una de las escenas, se filmó en el mencionado bar notable El Progreso, ubicado en la avenida Montes de Oca 1702 (esquina California), en donde también se han rodado varias producciones, tanto nacionales como internacionales, desde que Eliseo Subiela lo eligió para El Lado Oscuro del Corazón, en 1991; aquella versión libre de la vida del poeta Oliverio Girondo, que protagonizaron Darío Grandinetti, Sandra Ballesteros y Nacha Guevara.

“La filmación duró tres días, uno para ambientar el bar, otro para grabar la escena y otro más para devolver todo a su lugar”, le contó a El Porteño del Sur César Moreno, titular del bar, en referencia a la que escena en la que el personaje de Peter Malkin (el guatemalteco Oscar Isaac) y sus compañeros realizan el intercambio de material y dinero destinados al secuestro de Eichmann, interpretado por el actor británico ganador del Oscar Ben Kingsley.

“Este bar ya está dentro de un circuito de scouting, que es un proceso que se da cuando las productoras envían a buscar locaciones para cumplir con los requerimientos del guión. Como nosotros ya estamos en ese circuito, recibimos bastantes visitas de personas que vienen a sacar fotos para después ver si se puede utilizar como locación. Este bar es seleccionado con frecuencia porque, como dijo Adolfo Aristarain (N. del R: filmó allí “Roma” en 2004), el local preserva la decoración de 1942, cuando fue fundado”, explicó Moreno, que está al frente del establecimiento desde hace ocho años.

“Acá tratamos muy bien a las productoras que vienen a filmar y además tenemos precios muy convenientes contra lo que cobran, en otros barrios cercanos, algunos bares del mismo estilo. Pero además, acá hay facilidades para estacionar y a los productores les gusta la ambientación. En una ocasión me dijeron que lo que más les gusta es cómo se ve a través de la cámara, porque tienen lugar para moverse”, agrega César acertadamente sobre la filmación, que tuvo lugar en noviembre del año pasado.

La película tuvo en sus primeros días una gran repercusión, no sólo por la notable actuación de Kingsley –que paradójicamente interpretó al cazador de nazis Simon Wiesenthal en el film “Murderers Among Us: The Simon Wiesenthal Story” de 1989- sino por la notable recreación que logró Weitz de del Buenos Aires de 1960 y el nivel de dramatismo que tiene la historia. Allí no se retrata a Eichmann como un monstruo sino como un hombre que ha cometido un gravísimo crimen, por el que fue juzgado y sentenciado 20 años después, pero que tiene también debilidades como el amor que profesa por su familia y que lo lleva a rendirse ante sus captores y aceptar su responsabilidad en la muerte de 6 millones de personas.

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