DOS PORTEÑOS DE LEY

0 5

Buenos Aires SOS.- 13 de abril de 2011.- (Por Juan Chaneton).- Se viene un aniversario de Julio y lo recuerdo. No sé por qué a este Julio lo llevo adherido a la piel, uno él dentro del uno de mi corazón, ínsito en el alma mía.

Habrá sido en mayo o en abril que se mató. No sé. No me importa saberlo (este último enigma lo planteo yo, pero supongo que alguien en el mundo lleva las cuentas de esta huida a destiempo con mayor precisión y rigor).

Tengo que decir que el Julio del epígrafe fue amigo mío. Lo conocí en la redacción del diario de las Madres; o en la Plaza, yo no sé… Pero está aquí hoy, entre nosotros, porque fue uno de los poetas más (¿geniales?; ¿talentosos?)… Cuando se habla de poesía y de poetas todo adjetivo es impropio. Se es poeta o no se lo es. Se escribe poesía o lo que se escribe es otra cosa. Herman Broch dijo, en el paroxismo de su lucidez, que “cuando la poesía se degrada, se convierte en literatura”. A mí, Julio me enfrenta, cada vez que él lo quiere así, a esa demoníaca sentencia de Broch.

Yo no tomo nota de la fecha del suicidio de mis amigos o compañeros de militancia o de las personas que, sin ser amigos o compañeros, quiero. Por eso, no sé cuándo se puso el revólver en la boca o en la sien, Julio. En realidad y pensándolo mejor, nadie ha de saberlo, porque vivía solo. Sí creo que murió en un desangelado departamento de Palermo, vacío de todo confort y al cual le faltaba, sobre todo, amor, afecto, flores. Yo conocí ese departamento. Otros dicen que murió en una pensión. También conocí a un hijo suyo que llevaba en la mirada y en la piel todo el estupor que heredaba de su padre.

A Tania, la hija que vivía en España, no la conocí. Sólo sé que Tania Ciesler vivía en España y que tenía teléfono. Yo la llamé y cumplí, a pie juntillas, cuando llegué a Madrid en 1986, lo que Julio me había pedido: “Besos de su papá y su hermano, que escriba por favor a la dirección de “El Periodista” y que mande fotos suyas…” También me pidió que me contactara con un amigo de él, de apelativo Manuel Ríos Ruiz, Editora Nacional, Gran Vía 62, 1° izquierda.

Soledad. Eso es soledad; eso es clamar por amor. Eso es anhelar pertenencia a un conjunto humano contenedor, que la vulgaridad institucionalizada llama “familia”. Pero el horror que nos inspira esa palabra (la “familia” es, en Occidente, matriz con poder para crear la locura; hontanar de perversiones sin límite, escuela de sujeción, cuartel disciplinatorio, principio de realidad impuesto), nos hace preferir, en vez de “familia”, afectos cercanos y sin condiciones como deseo no realizado de Julio Huasi, nacido Julio Ciesler. Él quería eso: afectos, seres humanos que lo amaran, hijos cercanos…

Ahora vamos a lo esencial. Julio Huasi fue “el poeta”, en el cual deben mirarse los escribidores de pavadas que hoy publican con fruición sabedora de que eso es “lo que debe ser la poesía”. Los “medios” no hablan de Julio. Están en otra cosa. Algunos lavan más blanco, como Rinso, y/o sufren la muerte confusa de algún pisaverde perdido en gestas transgresoras o directamente contradictorias con los intereses de “la familia”.

La familia, siempre la familia. ¿Qué crimen no se ha gestado en una familia?

* * *
Cortázar dijo de Huasi muchas cosas. Cortázar es el otro Julio, el otro porteño, el otro exiliado, el que -destinatario de una actitud miserable- no fue recibido por Alfonsín (después de haber eludido el terrorismo de Estado y de haberse pasado años fuera de su país) cuando pudo arribar a estas playas, en 1983.

¿De qué podrían haber hablado Alfonsín y Cortázar? Por cierto que no de literatura. Pero la razón última que explica la gambeta trapera con que el devenido Presidente eludió  a ese espíritu superior fue otra. Julio C. era, ya se sabe, “comunista”, hablaba bien de Cuba y de la reciente revolución sandinista, y su mujer de entonces, Carol Dunlop, había descripto al país de los volcanes en un libro que se llamó “Llenos de niños los árboles”.

Esto, para un radical en la cima de su gloria (que es ganar una elección) es prueba contundente de comunismo y, si no, de problemas que es mejor evitar. Exhibió, con ello, Alfonsín, debilidad de carácter, por decirlo en términos respetuosos. La misma que nos obsequió a los argentinos cuando -con Rico sublevado y para disimular- dijo que la casa estaba en orden y que los “amotinados” (no cabía el término, no se trataba de amotinados, sino de delincuentes que se habían alzado contra la legalidad) eran, “algunos de ellos, héroes de Malvinas”.

Como se ve, esta nota busca reabrir heridas del pasado, que más valdría cicatrizar. Esta nota no es políticamente correcta. El “cobro, luego existo” que cultiva la prensa funcional al poder burgués en este país no es, por cierto, el sino de quienes tratamos de aportar algo a este Portal.  Y para una adecuada explicación de lo que es el “funcionalismo sistémico” en Sociología, ver Zaffaroni, Raúl; pero verlo personalmente; y preguntarle.

Bien. Sigamos con los dos Julios.

Dijo Cortázar después de leer una obra de Huasi, “Asesinaciones” – que buenosairessos pone hoy a disposición y goce del lector-:
“Querido tocayo: (…) Te imaginás lo que siento al leer “Asesinaciones”, lo que puede sentir un argentino ante cada uno de esos poemas. Y digo cada uno porque es así, porque no hay ni uno solo que salga de esa línea espantosamente lúcida (…). Y cuando llegué al El Gurí se me aflojó la canilla, que querés, la presión de todo lo ya leído me cayó en la espalda.

“Aludo, sobre todo, al ataque que le llevás a la lengua, la forma en que transgredís sin miedo cualquier tabú del «castellano» para crear formas expresivas de una fuerza enorme. ¿Quiénes entenderán esto, a partir del título, que ya es un salto en lo nuevo? ¿Quiénes tendrán el coraje de sacarse los pantalones del cerebro y los calzoncillos de la tradición para ver cómo los estás metiendo en una dimensión diferente. Y tanto más, Julio..”.

Todo esto escribió Julio Cortázar de Julio Huasi. Y tanto más, como él dice.

Ahora, que el lector juzgue, con sus propias luces o con su propia sensibilidad (esta oposición evoca los comentarios de Borges sobre Poe), un poema de Julio Huasi, tomado –como dijimos- de su libro “Asesinaciones”.

a
miguel ángel bustos
augusto carmona
haroldo conti
roque dalton
víctor jara
augusto olivares
mauricio rosencof
roberto santoro
francisco urondo
rodolfo walsh
y todos, todos
los hermanos,
donde estén

tu frío es más antiguo que los pobres
y tus vientos, darling, penetran por mis tajos,
me terminan de esparcir por tu nochumbre
blue cual un largo asesinato sin aullidos, muy love.
huyo de tus bayonetas goteantes, ranger mía,
me arrastro por el túnel de mis huesos
que ya no tienen sitio para mí, yo que
les di de comer, preciosa, antes del holocausto.
tiritan las uñas, las torres y las calaveras
resuenan sus dentaduras resecas
que dios olvidó desconectar, salgamos
a bailar, baby, es nuestra pieza preferida.
y están vacíos tus bares y colmadas tus plazas, dolly,
humanerías carneadas flamean en tus faroles
una luz rosada sobre tu rocío que cae en
panes tibios, fragantes aún a harina de cadáveres,
my sweet, déme un beso reina, mejilla a mejilla
sigamos el swing, la música suave de los tanques
que laminan a tus niños prófugos contra el dulce asfalto,
dancemos al compás de los disparos, cariño, y las
sirenas sicodélicas de tu Cacería Strip,
de pie, muertitos, es el himno nacional.
piedad, piedad, por qué me has abandonado.

* * *
Cuando Julio H. escribió lo que antecede (me pega ese poema), corría el año 1981 en la Argentina y en todo el mundo que contabiliza sus miserias a partir del nacimiento de ese mito llamado Cristo. Corría el 1981. Humanerías carneadas colgaban de los faroles y los niños, suaves y prófugos, eran laminados contra el dulce asfalto. ¿Recuerdan? Pocos había en la Plaza de Mayo. Sólo catorce polleras y algunos pares de pantalones. A estos últimos los puedo citar, es de justicia estricta hacerlo:  Herman Schiller, Luis Zamora, Fray Antonio Puigjané… Usted, caro lector, ¿dónde estaba? Y sobre todo, y ahora que en democracia ha hablado tanto y de tantos temas, ¿dónde estará la próxima?

* * *
La obra de Julio Huasi incluye:

“sonata popular en buenos aires”, cuadernos de cultura, buenos aires, 1959.
“yanquería”, ediciones del río de la plata, buenos aires, 1960.
“los increíbles”, ediciones reunidas ultimátum, buenos aires, 1965.
“sangral américa” y “bandolor”, libros reunidos en un volumen de la colección “la honda” de casa de las américas, la habana, 1971.
“asesinaciones”; “matria mía azul”; “comparancias”. Puerta del sol, Madrid, 1981.

Julio no usaba mayúsculas.

Buenos Aires Sos

View all contributions by Buenos Aires Sos

Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *