Buenos Aires SOS

12 de octubre de 2016.- Samsung anunció la suspensión total de la producción de su último modelo Galaxy Note 7, debido a los riesgos de explosión de las baterías del aparato. En Argentina se estima que se compraron unos 8.000 equipos.

«En la República Argentina nunca se vendió el Samsung Galaxy Note 7 por canales oficiales pero se estima que entre las compras en Chile, Miami y Uruguay más los sitios de Internet que lo ofrecían, hay unos 8.000 teléfonos en poder de argentinos que a partir de acá podrán reclamar la indemnización pertinente, lo que solo para nuestro país equivale a una indemnización global de 40 millones de dólares», afirmó  Javier Miglino, titular de la ONG Defendamos Buenos Aires.

La ONG Defendamos Buenos Aires está liderando el reclamo en nuestro país por el retiro de la venta del Galaxy Note 7. «Aquellos que compraron ese aparato en América Latina y pagaron desde 800 a 1.800 dólares, están preparando una demanda colectiva ante los Tribunales del Estado de Florida, donde la empresa surcoreana ha constituido su jurisdicción judicial para Latinoamércia, exigiendo la indemnización por el monto pagado por el aparato, más los gastos inherentes a la falta de comunicación, el lucro cesante, el daño moral  por cargar con una ‘cosa peligrosa’ que podía estallar y/o prenderse fuego en forma espontánea, lo que equivale a cargar con un arma en el hogar, la oficina, viajes en avión y vehículos; más otros rubros como la pérdida por desilusión (la otra cara de la publicidad engañosa), que hizo que miles de personas creyendo adquirir y/o regalar el mejor teléfono del mundo, pasaron a comprar costosa y peligrosa basura electrónica. Todo este conjunto de sin sentidos que Samsung ocasionó en cada cliente nos permite llegar a la cifra de 5.000 dólares para cada afectado», indicó Miglino.

La decisión de Samsung se produce tras una serie de incendios de las baterías de ión de litio, que se usan en aparatos que van desde ordenadores portátiles hasta aviones, pasando por los smarthones.

La empresa surcoreana admite que algunas partes de la batería que nunca debieron entrar en contacto sí lo hicieron debido a un «muy inhabitual error en el proceso de producción».