Buenos Aires SOS

(Por Julián Nassif) El documental que no sigue las características de los clásicos concentra su narrativa en el montaje. A diferencia de los típicos documentales de Netflix, que suelen invadir todas las pantallas construyendo lo que la gente considera como un documental y que basan su estructura en una voz en off relatando lo sucedido y entrevistas varias de los personajes protagonistas mirando a cámara (últimamente con bellos y pintorescos fondos), el documental independiente se enarbola alrededor de la compaginación de imágenes para relatar todo aquello, sin la utilización de algo que explícitamente relate.

De aquella forma, se accede a una obra mucho más artística y poética, permitiendo un acercamiento más sensible a lo relatado, aunque así también, más complejo para el espectador.

Martín Céspedes retrata, de la forma menos popular, lo sucedido luego del asesinato de un campesino a manos de un sicario enviado por empresarios agroexportadores en búsqueda de terrenos para plantar soja en la localidad de Monte Quemado, Santiago del Estero.

Introduciéndose en aquella comunidad, en gran parte descendiente indígena, la cámara retrata la organización y lucha contra la impunidad, el robo e invasión de sus tierras, así como la cotidianeidad de la comunidad y el día a día en el campo, adentrándonos en el mundo de la pequeña agricultura y ganadería de aquel sector, contrastando la brutalidad socio política y económica que sufren las personas de aquella colectividad.

Una vez más la injusticia azotando contra los más débiles, en un retrato expectante que mantiene atractivamente la tensión y explota en un fundido a negro que nos hace, indefectiblemente, bajar la mirada con desazón, aunque también nos propone la esperanza de la lucha y la organización, por más cachetazos que se surtan.

El BAFICI viene demostrando algún atisbo de combate en las últimas ediciones con alguna que otra obra, y con la inclusión de la Competencia Oficial Derechos Humanos desde hace algunos años. En un ambiente tan sórdido y tilingo como suele ser a veces el del nombrado festival, funciona como una bocanada de aire limpio poder disfrutar de películas como esta.