Buenos Aires SOS

(Por Julián Nassif) Por momentos recordando a “Fuddy Duddy”, de Siegfried A. Fruhaud, de estrobo percutor y ritmo hipnotizante, “El ruido son las casas” de Luciana Foglio y Luján Montes demuestra una compaginación de imágenes que no tienen ninguna relación entre si más que la búsqueda de sonidos ambientales o generados por dispositivos experimentales, así como parecen ser sensores fotosensibles que reaccionan transformando los pulsos lumínicos en frecuencias sonoras, en la búsqueda de una construcción musical que se desarrolla en base a métodos no convencionales.

El inconveniente más importante del film es justamente la falta de relación entre las imágenes y la escasez de un diseño sonoro que podría haber expresado algo potentemente dramático. Haber esquivado aquel camino resulta en una película que, por momentos, se vuelve tediosa y dejada al azar en la casualidad que puede representarse frente a lo que el espectador venga pensando al observarla.

Justamente, la obra se apoya sobre lo experimental y no busca ser más que aquello, el problema radica en que el cerebro busca constantemente acercar lo que escucha y ve a algo conocido, y el fracaso constante del mismo decanta en un abatimiento, encauzando el (no) relato hacia cierto fastidio.

De innovaciones a nivel sonoro y de la forma de producir y crear sonidos al entrecruzar elementos sensoriales y físicos, la obra, quizás, descansa en ello, sin aportar, aun entendiendo que se trata de algo experimental, una línea desdibujada narrativa o dramática, lo que acaba rindiendo en experimentos y no así en la transmisión de un concepto.