Al ombú del Parque Rivadavia lo mataron de pie y a la alegría de los niñxs, también

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(Por Beatriz Chisleanschi) Único, centenario, atractivo. Allí estaba el ombú del Parque Rivadavia en pleno centro del barrio porteño de Caballito.

Imposible no mirarlo y no ser víctima de su encanto. Sus gruesas raíces que se esparcían por la tierra aferrándose a tanta historia y las ramas macizas que, como brazos extendidos invitaban a fotografiarlo, a observarlo, pero, por sobre todas las cosas, a treparlo.

El ombú creció junto al amor de miles y miles de niños, que día tras día y año tras año sucumbieron a su encanto.

Por allí pasó Iara que fue ganando altura en la trepada, a la par que ganaba años biológicos. O Santiago que con sus dos años sólo llegaba a las raíces y se sentaba allí como un conquistador clavando su bandera. También Lucas que desafió a Florencia a subir un poco más y la mamá de Tomás que lo ayudaba a subir porque aún no podía apoyarse firme o el papá de Lucila que la miraba desde abajo cuidando que no se caiga.

Con la caída del sol, o en la semana durante el día, las raíces del ombú fueron también cómplice de algún amor de secundaria, donde entre beso, abrazos y mates, alumnxs del Normal 4 o del Nacional 17 iban a buscar refugio.

Y allí estaba él, siempre firme, siempre atento, siempre dispuesto. Oteando el horizonte desde su altura, viendo a tantos niñxs correr a las palomas y sabiéndose más importante que el sector de juegos que estaba a unos pocos pasos.

Pero esta semana fue tirado abajo. Sólo quedó su tronco rodeado de una cinta roja y blanca de peligro. La falta de años de mantenimiento de parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que unas ramas cayeran y tres niñxs sufrieran heridas leves.

Y la solución que encontraron fue hachar al ombú y con él hacharon la alegría y la risa de esxs chicxs que cuando lleguen con la ilusión de treparlo sabrán que ya nada será igual, porque la falta de cuidado de un gobierno destruyó sus sueños de sentirse escaladorxs, y emprender esa hermosa aventura de andar entre rama y rama en total libertad.

* Periodista. Vecina de Caballito

Ayer                                                                                                                                                   Hoy

                                                                        

 

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