Buenos Aires SOS

Buenos Aires SOS.- 21 de septiembre de 2011.- (Por Mercedes Ezquiaga).-  La falta de una fuerte y estudiada presencia de arte latinoamericano en el mapa mundial fue uno de los aspectos planteados este miércoles en la primera jornada del seminario internacional dedicado al arte de la región que el Malba organiza en su sede con motivo de su décimo aniversario.

Con un auditorio colmado –entre artistas, curadores y directores de centros y galerías- con la mirada puesta en los últimos diez años desde los “cambios, perspectivas y proyecciones” –como reza el subtítulo del encuentro-, el seminario reunió en su apertura a figuras internacionales puestas a debatir sobre los proyectos institucionales más destacados de la región.

“El Malba es la excepción que confirma la regla que nos hace decir que el arte latinoamericano no existe en la región”, se despachó Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima (MALI), e hizo alusión a que estos dos museos privados son los únicos en el mundo que se dedican al arte latinoamericano.

“En artes plásticas hay consenso en que el esfuerzo fracasó. Latinoamérica ha sido tanto un producto de marketing como un estudio político” antes que una investigación a fondo sobre su producción artística, expuso la directora del museo que posee el acervo más representativo del Perú.

Además, Majluf mencionó el resultado de una encuesta dada a conocer en el último tiempo, que arrojaba las cifras de los museos con más visitantes en el mundo: “sólo un museo de Brasil figuraba en una lista de más de 50 del mundo”, recordó.

Para Hans-Michael Herzog, curador en jefe de Daros Latinoamérica, una institución privada con más de mil obras de arte de cien artistas de diversas generaciones, la idea de la colección con sede en Zurich y Suiza es “poner a Latinoamérica en el mapa”.

“Después de diez años de financiamiento tenemos repercusiones del público, entendió que existe un arte latinoamericano de alto nivel. Pero en Alemania y Suiza no hay profesores de arte latinoamericano. No les interesa si un artista viene de España, Portugal o un país de América latina”, reconoció Herzog.

La Casa Daros, un espacio de mil metros cuadrados que tendrá en 2012 su correlato en un enorme edificio colonial de Río de Janeiro -según adelantó el alemán-, “arrancó su colección de la nada, en enero de 2000, con la idea de tener un abanico lo más grande posible, con obras de todos los materiales que uno puede imaginar”.

Otro de los temas abordados fue cómo estas instituciones arman las colecciones: “Busco piezas con valor propio, con capacidad de hablar a diferentes niveles, que no necesite de quince páginas para ser explicada, que pueda ser vista en cualquier país”, dijo Herzog y agregó que la colección Daros puso el “énfasis en obras de los 80, 90 y hasta ahora”.

Julio Le Parc, Nicola Constantino, Carlos Amorales y Luis Camnitzer son algunos de los artistas de esta colección que “no quiere ser enciclopédica. No podemos dar cuenta de todo lo que pasó en los últimos años en Latinoamérica, pero sí dar las bases para pensar todo lo que fue producido en este continente”.

Por su parte, Mari Carmen Ramírez, curadora de arte latinoamericano del Museo de Bellas Artes de Houston, Texas, que reúne piezas de León Ferrari, Antonio Berni, Gyula Kosice, Helio Oiticica, Juan Carlos Distéfano y Luis Felipe Noé entre otros, se explayó sobre la creación del ICAA, un instituto de investigación acerca del arte latinoamericano del siglo XX y el arte latino.

El International Center for the Arts of the Americas (ICAA) –que viene trabajando desde hace 10 años- lanzará en enero de 2012 un archivo digital on line de alrededor de 10.000 fuentes primarias de materiales, seleccionados por cientos de investigadores con sede en 16 ciudades de Estados Unidos y América latina.

Por último, Adriana Rosenberg, la presidenta de la Fundación Proa, un espacio porteño dedicado al arte contemporáneo que cambió por completo la fisonomía del barrio de La Boca, desde su inauguración en el año 1999, relató las características que perfilan a esta institución que, justamente, decidió “no tener colección propia”.

Entre los aspectos destacados de Proa -que cada año programa una muestra de arte internacional, una de arte latinoamericano y una de arte argentino- Rosenberg destacó “la incorporación de una nueva forma de arquitectura, la recuperación de edificios y la incorporación del museo en un tejido urbano, así como la inclusión en zonas marginales de la ciudad”.

Por allí pasaron exposiciones como las de Marcel Duchamp, Louise Borgeois, Jesús Rafael Soto, Marcos López, Oscar Bony y tantas otras, “siempre con la idea de generar debates alrededor del arte” y con la idea de “iluminar el barrio”, dijo Rosenberg en un guiño, mientras exhibía una proyección del puente Nicolás Avellaneda iluminado de colores, en una acción que realizó la institución.