A esta altura del partido: Barbijos sí, barbijos no

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(Por Silvia Schujer)  Que después de haber promovido las aperturas más irresponsables –con quema de barbijos y payasadas por el estilo- durante los meses más duros de la pandemia, las autoridades sanitarias de CABA digan ahora que no es momento de dejar de usar los tapabocas se parece a lo que pasa con los niños cuando se les prohibe que hagan algo: ¡Van y lo hacen!

¡Qué mocosos! Un poquito me enternecen, no vayan a creer. Pero bueh… en este caso les acompaño el berrinche, me sumo al reclamo (que en ciudad de Buenos Aires el barbijo siga siendo obligatorio) y hasta les regalo unos versos.
….
El próximo mes de octubre
-parece que alguien lo dijo-
empieza la despedida
del entrañable barbijo.
Prenda que antes no aplicaba
para ajuar ni en lavarropas
y de pronto pasó a verse
repetida hasta en la sopa
La que aprendimos a usar
después de tanto desliz
sobre la pera, la boca,
¡y arriba de la nariz!
La que nos puso a recaudo
de bichos inconvenientes
y hasta nos disimuló
moco o mugre entre los dientes.
Vestimenta algo fallida
como mitad de corpiño
que en su misión de coraza
ganó respeto y cariño
Una pena ¿quién lo duda?
que después de tanto esmero
debamos colgarla ahora
en un rincón del ropero
Yo prometo al tapabocas
fiel, eglógico y sencillo
que seguirá en mi fachada
y no en oscuro bolsillo
hasta el día en que termine
por completo esta pandemia
y un virus con gusto a uva
propague amor y alcoholemia.
Buenos Aires Sos

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